El empoderar y otorgar poder de decisión a tus trabajadores, hasta el día de hoy sigue siendo un dilema, sobre todo para aquellas jefaturas y empresas que tienen una mentalidad más tradicional. Es que todavía existe el miedo en algunos líderes de soltar el control para poder entregar cierta confianza ¿Cómo saber cuándo es el momento preciso para empoderar a nuestros trabajadores? ¿Existe algún aspecto negativo al otorgar poder?

En una investigación liderada por Allan Lee, un profesor de la Escuela de Negocio de la Universidad de Exeter en el Reino Unido, se demostró que el empoderamiento de los trabajadores en sus funciones y roles está relacionado con la mejora del desempeño laboral, la satisfacción y el aumento de compromiso con la empresa.

Lo sorprendente de este estudio, es que reveló que un líder empoderado tiene más probabilidad de hacer que sus trabajadores tomen ese mismo camino, esto al delegar con mayor facilidad la autoridad a sus integrantes, pedirles información y animarlos a tomar decisiones.

Esto último, revelaría que la forma en que los trabajadores ven a sus jefaturas también influye en el tipo de empoderamiento que estos desarrollen, además de dejar entrever que las acciones que estos líderes realicen, serían condicionantes del efecto que tenga este proceso, es decir, si es efectivo o ineficaz.

¿Cuándo es momento para empoderar de una manera adecuada?

Generalmente, las empresas que poseen un enfoque hacia el trabajador son más propensas a implementar este tipo de acciones de manera estratégica, con la finalidad de aumentar el compromiso que poseen estos con la organización, además de apoyarlos e incentivarlos a tomar decisiones claves para sus áreas.

De modo que, cuando una empresa quiere realizar una transformación en su enfoque priorizando aspectos relacionados a la motivación, colaboración, sentido de pertenencia o satisfacción interna, es cuando este tipo de acciones pueden ser perfectamente aplicadas.

Es importante aclarar, que pese a ser un factor estratégico, es de suma importancia que la organización o en este caso las personas que la lideran, sean conscientes que esta entrega de reconocimiento y poder debe ser lo más sincera posible.

Por otro lado, es relevante que nunca se pierda el enfoque y el sentido de estas acciones. El otorgar ciertas facultades y libertades a los trabajadores tiene que estar orientado a los objetivos que se quieran lograr a nivel organizacional.

Hay que recordar que el empoderamiento también busca un crecimiento en cada uno de los trabajadores para que estos puedan tener más convicción y herramientas a la hora de tomar decisiones en los proceso en los que están involucrados.

¿Cuándo el empoderamiento de los trabajadores puede fallar?

No comprender su real significado:

El error sobre el empoderamiento de los trabajadores radica en la poca comprensión de lo que realmente significa el otorgar poder, que va mucho más allá de dar la posibilidad a tus trabajadores para realizar pequeñas actividades o celebraciones por su cuenta.

El dar empoderamiento al interior de una organización, es más una filosofía que se enfoca en la mejora de las propias prácticas laborales, es decir, en la obtención y alcance de los objetivos que se tengan en común dentro de la empresa. Así, una jefatura entrega esta responsabilidad para que cada una de las áreas pueda sentirse en conexión con esta búsqueda global.

Escasos márgenes:

Otro punto que puede ser contraproducente, es el no lograr establecer límites para poder otorgar el poder de decisión a tus trabajadores. Esto sobre todo para aquellas jefaturas que sienten más desconfianza e inseguridad al soltar el control. Para esto es necesario determinar, por ejemplo, qué pueden decidir o qué pueden resolver sin su supervisión.

Lo anterior, es ideal para evitar malentendidos, además de entregar cierta tranquilidad a la jefatura para que se atreva a confiar en sus trabajadores.

Micromanaging a la vista:

El Micromanaging es otro obstáculo importante que se puede generar en el proceso de empoderamiento de tus trabajadores. Este concepto hace referencia a un estilo de gestión enfocado en el control extremo de cada movimiento de los trabajadores.

En definitiva, si le das la oportunidad de empoderamiento a tus miembros, pero todavía existe una falta de autonomía y delegación de tareas, se puede generar una dicotomía con lo que se intenta ejecutar y una frustración para tus trabajadores.

La retención de la información:

El que un líder o una jefatura retenga información, puede producir que sus trabajadores queden sesgados para la toma de decisiones en ciertos escenarios, esto hace además que se les sea más difícil anticipar problemas al no tener las condiciones y los datos necesarios para efectuar las acciones correctas.

Según una encuesta realizado el año 2015 a más de 2.000 trabajadores de EE.UU. y el Reino Unido, el 76% de los empleados no confiaría en los jefes que no comparten los datos de la compañía, lo que demuestra otro tipo de contradicción que se puede gestar a raíz de este comportamiento.

Sobrecarga laboral:

Así como el dar responsabilidades es algo beneficioso, el exceso de estas puede espantar a más de algún trabajador. Pese a las buenas intenciones que se puedan tener, es necesario, primero, que el trabajador entienda que estas responsabilidades son dadas por la confianza que se le tiene y no por un intento de aprovechamiento o sobrecarga laboral. Estas situaciones se pueden provocar, por eso, para evitarlas es necesario demostrar el enfoque y la intención que se tiene de una manera clara.

Ya con todas esas recomendaciones puedes implementar tu propio forma de empoderamiento para tus trabajadores. Si tu enfoque está en su compromiso y sentido de pertenencia, esta es una de las acciones estratégicas perfecta.

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